pinotage

Pinotage, pino ¿qué?

Pinotage. ‘Pinotasssssshhhhh’ se pronuncia… a ver, repitan conmigo. /PI NO TASH/ ¡Eso mismo! Vamos a hablar de ella, de la única, la inigualable. La cepa emblemática sudafricana que es, todavía hoy, un secreto a voces.

Abraham Perold, profesor de viticultura de la Universidad de Stellenbosch, decidió en 1925 probar los resultados que podían obtenerse con el cruce de la Pinot Noir y la Cinsaut (allí llamada “Hermitage”). Las primeras consecuencias eran alentadoras: las uvas maduraban rápidamente, los niveles de azúcar se alcanzaban con relativa facilidad y en los viñedos reinaba la sanidad. Además, el vino obtenía un color bastante más profundo que el de sus padres por separado, lo cual significó un plus. Aquel tinto era alcohólico, pero no molestó… sí en cambio se identificó un fuerte olor a quitaesmalte de uñas que, al día de hoy, continúa provocándole dolores de cabeza a la variedad.

Sea como sea, el primer gran reconocimiento llegó en 1959, cuando un Pinotage ganó el Cape Wine Show; la hazaña se repitió dos años después y, desde allí, los reconocimientos internacionales no dejaron de salpicar los viñedos de Sudáfrica. Hoy, el país cuenta con poco más de 100 mil hectáreas, de las cuales solo el 7% corresponde a Pinotage.

¿Y qué podríamos esperar de ella? Pues bien, el objetivo de su creación fue aunar la elegancia aromática de la Pinot con la resistencia y vigor de la Cinsaut, dando como resultado una uva tinta de gran intensidad y con perfumes terrosos y minerales que crea desde espumosos y fortificados hasta blends, de los que se destaca el “Cape Blend”: un corte variable de entre el 30% y el 70% de Pinotage complementado con Syrah, Merlot o Cabernet Sauvignon, aunque el assemblage por excelencia es junto a la ignota Roobernet (secuela del entrecruzamiento de la Cabernet Sauvignon con la extraña Pontac). De este matrimonio brotan tintos grasosos con aromas a mango y banana, tan singulares que maravillan.

¿Sí? ¿Se quedaron con las ganas? Hágannos caso, búsquenlo entre góndolas y anímense a la aventura de un Pinotage.

ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO ORIGINALMENTE EN LA REVISTA MEXICANA EXPERIENCIA GOURMET

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