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Cervezas light. Así las veo yo

Existir, existen, y curiosamente su consumo está en franco ascenso en algunos rincones del planeta. Ésta es mi opinión sobre las cervezas bajas en calorías.
Por Marcelo Braga, propietario de Nuevo Origen Microcervecería

Vivimos en tiempos en los que el marketing de un producto (no solo de cervezas), mal que nos pese, tiene tanta o más influencia en la decisión de compra del consumidor que la calidad del producto en sí.

El consumo de cervezas light en algunos países viene en constante aumento debido al arrastre generado por hábitos de consumo cada vez más sanos y responsables. Sin embargo, existen ciertos casos, como el que hoy nos convoca, en donde por obtener alguna leve reducción en las calorías de una cerveza, nos perdemos de aromas y sabores realmente interesantes.

Veamos. En la cerveza contribuyen al aporte calórico el alcohol, los hidratos de carbono y un poquito las proteínas. El alcohol aporta 7 calorías por gramo mientras que los carbohidratos aportan 4. Es decir, el alcohol es el principal culpable de aportar calorías.

Sabiendo esto podemos llegar a la conclusión de que, para obtener una cerveza light, hay dos caminos:

1. Uno es haciendo una cerveza con menos alcohol, pero aquí no habría ninguna ciencia, de hecho cualquier deliciosa cask ale inglesa podría incluirse dentro de estas categorías ya que, en general, contienen entre 3% y 4% de alcohol.

2. Otra es utilizar levaduras o enzimas que consuman los azúcares no fermentables que son en gran medida los responsables del cuerpo y sabor de la cerveza. Para eliminar este alcohol extra que se generó, se diluye la cerveza con agua para bajar el contenido alcohólico, resultando en un producto sin demasiados sabores.

Una cerveza industrial común tiene alrededor de 430 calorías por litro, mientras que las cervezas light tienen un promedio de 330. Considerando que en Latinoamérica consumimos alrededor de 0,15 litros diarios, el resultado neto para nuestro cuerpo es de 13 calorías menos diarias, algo que gastamos durmiendo 10 minutos o caminando 2.

Entonces la pregunta es: ¿vale la pena perdernos tantos sabores, aromas y experiencias eligiendo cervezas light?

Entonces mi respuesta es: camino 2 minutos al súper y compro una buena cerveza.

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